martes, 4 de noviembre de 2025

Aparato Crítico - José Hernández

Aparato crítico: 

   José Rafael Hernández nació el 10 de noviembre de 1834 en la chacra de Pueyrredón, en el partido de San Martín, provincia de Buenos Aires. Aunque comenzó sus estudios en Buenos Aires, una enfermedad pulmonar lo obligó a trasladarse con su familia al sur bonaerense, donde vivió durante una década en contacto directo con la vida rural. Este entorno, poblado de gauchos, peones y estancieros, fue decisivo en la formación de su literatura y política.

   Hernández no fue solo un observador de la vida gauchesca, sino que también la vivió, la defendió y la convirtió en un símbolo. Su obra cumbre, El gaucho Martín Fierro, publicado en 1872, y su continuación, La vuelta de Martín Fierro en 1879, no son solo relatos de costumbres; son una reivindicación del gaucho como sujeto histórico, víctima de la marginación estatal, pero portador de valores como la libertad, la lealtad y la sabiduría popular. A través de la voz de Fierro, Hernández denunció el sistema de leva militar, la injusticia institucional y el desarraigo que sufrían los hombres de campo. 

   El éxito de Martín Fierro fue inmediato. Publicado por entregas en el diario La República, el poema épico se convirtió en lectura popular y en objeto de estudio académico. Su lenguaje, profundamente oral y rítmico, capturó la cadencia del habla gaucha y la transformó en literatura nacional.

   Además de escritor, Hernández fue un periodista combativo. Fundó y dirigió varios periódicos, entre ellos El Río de la Plata, desde donde defendió el federalismo y criticó el centralismo porteño. Su pensamiento político se alineó con figuras como Justo José de Urquiza y Ricardo López Jordán, con quienes compartió ideales de autonomía provincial y resistencia al modelo liberal impuesto por Bartolomé Mitre y Domingo F. Sarmiento.

   Su participación en la rebelión jordanista lo llevó al exilio en Brasil en 1871. Desde allí continuó escribiendo y reflexionando sobre el destino del país. A su regreso, retomó la actividad política: fue diputado en 1879 y senador en 1881 por la provincia de Buenos Aires.

   En 1881 publicó Instrucción del estanciero, un manual práctico destinado a los propietarios rurales. Allí abordó temas como la administración de la estancia, el cuidado del ganado y la organización del trabajo. Esta obra revela su interés por la modernización del campo argentino, pero sin perder de vista la dignidad del trabajador rural.

   José Hernández falleció el 21 de octubre de 1886 en su quinta de Belgrano, rodeado de libros, recuerdos y el reconocimiento de sus contemporáneos. Su legado perdura no solo en la literatura, sino en la identidad argentina: Martín Fierro es hoy lectura obligatoria, objeto de análisis lingüístico, filosófico y político, y fuente inagotable de metáforas sobre la libertad, la injusticia y la resistencia.




miércoles, 8 de octubre de 2025

Aparato Crítico - Miguel Cané

Aparato Crítico:

   Miguel Cané nació el 27 de enero de 1851 en Montevideo, Uruguay, durante el exilio de sus padres, quienes habían debido huir de Buenos Aires por la dictadura de Juan Manuel de Rosas. Tras la caída del régimen, la familia regresó a Argentina, y Miguel pasó su infancia en Buenos Aires. Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Buenos Aires entre 1863 y 1868, una etapa que marcaría profundamente su vida y que más tarde recordaría con afecto y nostalgia en su obra más célebre, Juvenilia

   Desde joven se sintió atraído por la literatura y el periodismo. Colaboró con diversos diarios como La Tribuna y El Nacional, y también fue corresponsal en Europa durante la Guerra franco-prusiana. Su estilo refinado, culto y observador lo convirtió en una figura destacada de la vida intelectual argentina. Formó parte de la Generación del ’80, un grupo de escritores, políticos y pensadores que impulsaron el proceso de modernización del país, promoviendo el progreso, la educación, la ciencia y las ideas positivistas, pero que al mismo tiempo reflexionaron sobre los cambios sociales que ese progreso traía consigo.

   Cané combinó su labor literaria con una intensa carrera política. Integró el Partido Autonomista Nacional y ocupó cargos de relevancia: fue Intendente de Buenos Aires (1892-1893), Ministro del Interior y de Relaciones Exteriores, Diputado, Senador Nacional y también diplomático en distintos países. Además, en 1900 fue nombrado Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, lo que demuestra su compromiso con la educación y la cultura.

   Su obra más reconocida, Juvenilia (1884), es un libro autobiográfico en el que evoca sus años de estudiante en el Colegio Nacional. A través de recuerdos, anécdotas y personajes como el educador francés Amadeo Jacques, Cané reconstruye el ambiente escolar de su juventud, los valores morales, las amistades y las primeras emociones de la vida estudiantil. Pero más allá de ser un simple testimonio, Juvenilia refleja una mirada nostálgica hacia un tiempo pasado y hacia una sociedad que estaba desapareciendo con la llegada de la modernidad.

   Además de Juvenilia, escribió Ensayos (1877), A distancia (1882), En viaje (1884), Charlas literarias (1885), entre otras obras. En ellas se combinan la observación social, la crítica cultural y la reflexión personal. Cané también realizó traducciones, como la de Enrique IV de Shakespeare, lo que muestra su formación literaria europea.

   En su pensamiento se percibe una tensión típica de la Generación del ’80: la admiración por el progreso, la ciencia y la civilización europea, junto con la preocupación por los efectos negativos de esa modernización sobre la identidad argentina. En Juvenilia, su nostalgia se expresa con ternura y elegancia: el colegio se convierte en símbolo de una época idealizada, de valores que él creía que se estaban desvaneciendo.

   Su estilo literario fue claro, sobrio y refinado, con un tono culto pero accesible. Logró combinar lo personal con lo social, lo íntimo con lo histórico, y de ese modo se convirtió en uno de los principales cronistas de su tiempo. Miguel Cané murió el 5 de septiembre de 1905 en Buenos Aires, dejando una obra que sigue siendo leída y estudiada por su valor literario y por su retrato de una Argentina en plena transformación.

   Hoy, Miguel Cané, es recordado como un símbolo de la Generación del ’80, un intelectual que supo mirar su época con sensibilidad, inteligencia y espíritu crítico. Su obra Juvenilia, todavía presente en las aulas, mantiene viva la memoria de una etapa fundacional del país y de los ideales de educación, cultura y progreso que marcaron toda una generación.



jueves, 25 de septiembre de 2025

Aparato Crítico - Eduardo Wilde

Aparato Crítico: 

   Eduardo Faustino Wilde nació el 15 de junio de 1844 en Tupiza, actual Bolivia, donde su familia se encontraba exiliada durante la dictadura de Juan Manuel de Rosas. Su padre, Diego Wellesley Wilde, era un comerciante de origen británico radicado en Salta, y su madre, Visitación García, provenía de Tucumán. Con la caída del régimen rosista, los Wilde regresaron a la Argentina, estableciéndose en el norte del país.

   Eduardo cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, un centro educativo que formó a muchos de los futuros dirigentes de la Generación del ’80, entre ellos Julio Argentino Roca, Victorino de la Plaza y Olegario Víctor Andrade. En 1864 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó en 1870 con una tesis titulada El hipo. Durante sus años como estudiante se destacó por su compromiso social, participando como voluntario en la lucha contra las epidemias de cólera (1867-1868) y fiebre amarilla (1871), experiencias que marcaron su carrera médica y su sensibilidad hacia los problemas de salud pública.

   Además, prestó servicios como médico militar en la Guerra del Paraguay, donde demostró su vocación y valentía. Tras su regreso a Buenos Aires, ejerció la docencia en la universidad, dictando cátedras como Anatomía, Medicina Legal, Toxicología e Higiene, y contribuyendo a la modernización del estudio de la medicina en la Argentina.

   Su carrera no se limitó al ámbito médico. Wilde también tuvo una activa participación política dentro del movimiento liberal de la Generación del ’80, que impulsó la consolidación del Estado nacional y la modernización del país. Fue diputado, ministro de Justicia e Instrucción Pública durante la presidencia de Julio Argentino Roca, y más tarde ministro del Interior con Juárez Celman. Desde esos cargos promovió leyes fundamentales como la enseñanza laica, el matrimonio civil y la creación del registro civil, medidas que consolidaron la separación entre la Iglesia y el Estado y favorecieron la educación pública. También tuvo una destacada trayectoria diplomática, representando a la Argentina en diversos países de Europa y en los Estados Unidos.

   Paralelamente, Wilde desarrolló una importante obra literaria, que se caracteriza por un estilo sobrio, irónico y profundamente humano. Su escritura combina observación crítica, humor y reflexión moral, lo que lo convierte en una de las voces más originales del siglo XIX argentino. Entre sus obras más importantes se encuentran TiniTiempo perdido, Prometeo & Cía.Viajes y observaciones y Aguas abajo, donde combina el relato de viajes, la memoria y la crítica social. A través de ellas, dejó testimonio de su tiempo y de su mirada sobre la Argentina moderna, sus contradicciones y desafíos.

   Wilde fue un hombre de ciencia, política y letras. En el ámbito sanitario, trabajó incansablemente por la mejora de la salud pública y la educación médica. En la política, defendió la libertad de pensamiento, el progreso científico y la secularización del Estado. En la literatura, aportó una mirada aguda y moderna sobre la sociedad argentina, anticipando rasgos del realismo y del modernismo.

   Falleció el 5 de septiembre de 1913 en Bruselas, mientras cumplía funciones diplomáticas. Sus restos fueron trasladados a la Argentina y descansan en el Cementerio de la Recoleta. El legado de Eduardo Wilde perdura como el de un intelectual integral, comprometido con el progreso, la ciencia, la educación y la cultura. Su vida refleja el espíritu de una época de transformación en la Argentina, en la que el conocimiento, la razón y la libertad fueron las herramientas para construir una nación moderna.




sábado, 20 de septiembre de 2025

Aparato Crítico - Lucio V. Mansilla

   Lucio Victorio Mansilla fue uno de los personajes más singulares del siglo XIX argentino: militar, político, diplomático, periodista y escritor, dueño de una vida marcada por viajes, aventuras y polémicas.

   Nació en Buenos Aires el 23 de diciembre de 1831, hijo del general Lucio Norberto Mansilla, héroe de la Vuelta de Obligado, y de Agustina Ortiz de Rosas, la hermana de Juan Manuel de Rosas. De joven mostró un carácter inquieto y pasional: tras un romance juvenil frustrado y una crisis vocacional fue enviado a viajar por Oriente y Europa, experiencias que dieron origen a su primera obra, "De Adén a Suez", de 1855.

   En 1853 se casó con su prima Catalina Ortiz de Rosas y Almada, con quien tuvo cuatro hijos, todos fallecidos jóvenes. Su vida pública se inició en 1856, cuando retó a duelo a José Mármol por ofensas a su padre en la novela Amalia. El episodio terminó en destierro, y en Paraná inició su carrera periodística, llegando a dirigir El Nacional Argentino.

   De regreso a Buenos Aires, combinó el periodismo con la milicia. Combatió en la batalla de Pavón (1861) y en la Guerra del Paraguay (1865-1868), donde también fue cronista bajo seudónimos. Su estilo crítico lo enfrentó con las autoridades militares. En 1868, apoyó la candidatura de Sarmiento, quien lo nombró coronel y Comandante de Fronteras en Río Cuarto. Desde allí organizó la célebre expedición a los ranqueles, narrada en "Una excursión a los indios ranqueles" (1870), su obra más célebre, premiada años más tarde en París.

   Mansilla participó activamente en la política: apoyó a Avellaneda en la crisis de 1874 contra los mitristas, fue diputado nacional, y luego gobernador del Territorio Nacional del Gran Chaco (1878-1880), donde intentó sin éxito un proyecto de explotación aurífera. Tras el fracaso, se marchó a Europa, aunque regresó en 1880 para respaldar la presidencia de Julio A. Roca, llegando a enfrentarse en un duelo de pistolas en plena efervescencia política.

   A lo largo de su vida desempeñó misiones diplomáticas en Europa, fue nombrado ministro plenipotenciario ante Alemania, Austria-Hungría y Rusia, y escribió para la prensa porteña desde el extranjero. En el plano literario, además de su obra sobre los ranqueles, cultivó el teatro (con piezas como "Una venganza africana" y "Una tía") y las causeries, un estilo de crónica ligera, conversada y crítica, publicadas cada jueves en el diario durante mas de 10 años, reunidas en "Entre nos". También publicó obras de reflexión como "Retratos y recuerdos", "Rosas, ensayo histórico-psicológico", "En vísperas", "Un país sin ciudadanos" y "Mis memorias".

   Tras la muerte de su primera esposa, se casó en Londres en 1899 con Mónica Torromé, mucho menor que él. Desde entonces alternó su vida entre misiones diplomáticas, viajes y escritura, hasta establecerse definitivamente en París en 1906. Murió allí, en su departamento de la Rue Víctor Hugo, el 8 de octubre de 1913, a los 81 años.

   Mansilla fue recordado como un aventurero, polemista y escritor brillante, cuya vida atravesó la política, la milicia y la literatura de la Argentina decimonónica.



Presentación del Ensayo "Entre Pasos y Palabras"

Presentación:    A continuación adjunto el link de la presentación en canva de mi Ensayo "Entre Pasos y Palabras" sobre la causeri...