Texto Argumentativo sobre El Atajo:
El afecto y el conflicto bajo un mismo techo
En El Atajo de Lydia Carreras podemos ver una relación un tanto conflictiva
entre Candela, la protagonista, y su madre, quienes discuten frecuentemente. En
el fondo se aprecian, pero su relación se encuentra en un momento crítico.
Ahora bien, ¿por qué podemos decir que sucede esto?
El conflicto madre-hija en la adolescencia es algo normal; es el momento donde
la hija comienza su camino hacia la autonomía, mientras que la madre puede
desarrollar una codependencia emocional, debido a las dificultades presentadas
a la hora de adaptarse a la creciente independencia de la adolescente.
En la mayoría de los casos, durante la adolescencia de una joven, podemos
ver que esta no atraviesa la mejor relación con su progenitora. Aunque pueda
pasar con cualquiera de sus padres, o simplemente no suceder, se pueden
presentar conflictos dañinos para la relación entre una madre y su hija,
principalmente.
Este vínculo puede ser muy fuerte, pero solo si ambas lo intentan, buscando
evitar un quiebre en la relación, como un puente, el cual se mantendrá solo si
ambos lados lo sostienen.
Por un lado, es complicado para una madre ver a su hija crecer,
independizarse y ya no necesitar de esa presencia materna que la acompaña desde
siempre. Por eso, el instinto materno en estos casos suele sobreproteger o
estar muy al pendiente de la joven
Por otro lado, la niña, quien deja de ser niña como tal, ahora se encuentra
en una etapa muy importante de su vida, en búsqueda de experimentar cosas
nuevas y ser autosuficiente, un poco más libre. Por lo tanto, comienza a
cuestionar su dependencia a su progenitora, lo que puede desencadenar en un
alejamiento de la adolescente.
Sin embargo, las dificultades presentadas no significan que el amor de esa
niña pequeña hacia sus padres haya desaparecido, al contrario, la presencia de estos
es importante, debido a los cambios en los pensamientos o actitudes que aquella
niña presenta. Podemos considerar estas actitudes como mecanismos de defensa
frente a sus emociones y, aunque pueden ser dolorosos para la relación, sirven
para la creación de una propia identidad en la joven.
La relación entre una madre
y su hija puede mantenerse a pesar de las dificultades, solo si existe una
comunicación abierta y respetuosa de ambas partes, respetando la privacidad de
cada una y fomentando la comprensión, tanto de la madre hacia su hija, por los
cambios que esta última atraviesa en la nueva etapa de su vida, como de la hija
hacia su madre, quien ve su realidad afectada
En conclusión, la relación madre-hija, va más allá de una simple conexión
biológica. Es un vínculo emocional que impacta en la autoestima, la identidad y
las interacciones futuras de ambas, tanto entre sí como con los demás.
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